Son muchos los beneficios de hacer testamento ante notario. Además del reparto de bienes según nuestra voluntad, evita disputas entre nuestros seres queridos y nos permite decidir cómo queremos que sea nuestra despedida.
Es muy frecuente creer que no necesitamos hacer testamento ya que pensamos que “no tenemos nada”, refiriéndonos a nuestros bienes. Pero lo cierto es que todos tenemos algo, deudas incluidas.
Antes de empezar, vamos a definir qué es un testamento.
Según el Artículo 667 del Código Civil de España:
“…es el acto que sirve para que una persona disponga de sus bienes para después de su muerte.”
Por lo tanto, ¿cuál es la diferencia entre tener testamento y no tenerlo?
En caso de no haber testamento, hay que formalizar una “declaración de herederos”, que es un documento público que define quiénes son los parientes con derecho a la herencia. Proceso largo y que genera habitualmente problemas entres herederos.
Con un testamento puedes decidir en vida para quienes serán tus bienes, tanto muebles como inmuebles y deudas. Así, además de evitar problemas entre los herederos legítimos y aquellos que no lo son, el proceso de repartir el patrimonio será más breve y con menos trámites legales.
Ahora sí, estas son las ventajas de hacer testamento ante notario:
1. El cónyuge podrá disfrutar de la herencia.
En caso de que no exista testamento, el cónyuge del fallecido no podrá disponer de la herencia si éste tiene descendientes y ascendientes directos (herederos forzosos). Ya que la ley estipula para la viuda o el viudo el usufructo de una tercera parte de los bienes.
Si hace testamento tiene la posibilidad de aumentar esa dotación o esa herencia para que quede en una situación mejor.
2. El reparto se hace como estime el difunto.
A través de la redacción del testamento, el testador puede administrar sus bienes, propiedades y deudas como estime.
Como hemos visto en el caso anterior, puede dejar su patrimonio a su cónyuge o puede dedicar cantidades diferentes a sus hijos, dependiendo de la situación económica y social de cada uno, en el caso de que no hubiera testamento se resolvería en los juzgados.
3. Se simplifica el proceso de la herencia.
Al hacer testamento, el proceso de repartir la herencia se simplifica notablemente porque todo se ha de distribuir según la última voluntad del difunto.
Cuando no existe testamento, los herederos tienen que realizar una serie de formalidades ante el notario que son más costosas y más duraderas en el tiempo.
Esto puede suponer un proceso duro y de cierto malestar en los beneficiarios, porque no es un buen momento para hacer gestiones tras el fallecimiento de un ser querido.
4. Custodia de hijos menores de edad en el caso de parejas separadas.
En el caso de tener hijos menores, se puede dejar por escrito quién asumirá su custodia y quién administrará sus bienes.
5. Voluntades relativas al cuerpo del fallecido.
El testamento también permite hacer declaraciones relativas a qué tipo de entierro quiere el difunto o si desea que sus restos sean incinerados o donados.
Hacer testamento es un procedimiento legal, sencillo y económico, que permite decidir sobre el destino de nuestros bienes cuando fallecemos.
Para redactar un testamento, basta con acudir a un notario con el DNI y manifestarle sus deseos.
Tras ello, el fedatario procederá a su redacción, aunque puede que necesite algún documento oficial para constatar la posesión de las propiedades.
Ya te hemos mostrado los beneficios de hacer testamento ante notario, si te quedó alguna duda, contacta con nosotros. Tenemos amplia experiencia en herencias y testamentos.
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